A veces la vida es dura y te pega fuerte.

Hay veces que uno trata de tomar las cosas que le suceden, de manera positiva, evitando ponerse mal, pero esta vez, lo negativo supera lo positivo, y así es, como entras en un estado depresivo. Quizás esto sucede por creer en los cuentos con finales felices, en las novelas donde se pueden superar obstáculos fácilmente, y donde todo, o casi todo, es felicidad. Soñar en un mundo donde todo es justo y la gente demasiado buena, que los sueños se cumplen en una realidad, de manera muy fácil, es una gran mentira de la que no es nada fácil poder salir. Resulta difícil, a su vez, tener que reconocer que la vida es dura, que en el momento menos esperado te clava un puñal por la espalda. Y por más que quieras mirar las cosas positivas, siempre existe algo o alguien que te hace sentir menos, que te hace sentir que todo lo que haces esta mal, por lo que no resulta para nada fácil salir de este estado de ánimo. Sabemos que nadie es perfecto, pero eso no es una gran solución en este momento depresivo, ya que nos encerramos en lo negativo, y creemos en que nada nos va a salir bien. También dicen que de los errores se aprende, pero es difícil creer que podes cuando ya fracasaste, o cuando te hicieron sentir que todo lo que hacías estaba completamente mal. Y que este fracaso sucedió, cuando quisiste mirar el lado positivo.