Demasiado a menudo, lo que más querés es justo lo que no podés tener. El deseo nos deja con el corazón roto, lastimados, nos agota. El deseo puede romper tu vida.
Pero por muy duro que pueda ser querer algo, los que más sufrimos sin duda somos nosotros, los que no sabemos lo que queremos.
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Subite que te llevo.